Garbage en Chile: El arte de la vigencia absoluta

Homero Ramírez | Sábado 15 de marzo de 2025
Fotografías: @lukascruzat
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Hubo un par de pausas en los 32 años de carrera, pero tres décadas juntos dejan en claro que sobre el escenario es donde mejor se sienten: Garbage, en su tercera visita a Chile, deslumbró durante las muy esperadas dos horas de rock y desenfreno que dejaron claro que hay bandas atemporales que envejecen como el vino. No es que el tiempo no pase, sino que es un desarrollo que hace sentido.

En su primer Movistar Arena, luego de las presentaciones en el Caupolicán de 2012 y el par del 2016, los fanáticos no llenaron las ubicaciones pese a la disposición de “media arena”, pero independiente de los números cada alma presente sabía exactamente para lo que se había preparado: uno de los shows de la temporada sin espacio a duda.

Acompañada por Duke Erikson, Steve Marker y Butch Vig, sus aliados de siempre, Shirley Manson derrochó su talento en una zona de confort a la que se agregó la bajista Nicole Fiorentino, ex de los Smashing Pumpkins y Veruca Salt, configurando así un dream team que no resiste baches y que encuentra la forma ideal para interpretar himnos y que suenen hasta mejor que en sus grabaciones originales.
“Queer”, “Fix Me Now”, “Vow”, “Stupid Girl”, “Only Happy When It Rains”, “Milk” y “#1 Crush”, todas de la época del disco homónimo debut, edificaron un concierto que también se centró en “Version 2.0”, el segundo álbum, con cortos como “Wicked Ways” -en mash-up con “Personal Jesus” de Depeche Mode-, “I Think I’m Paranoid”, “You Look So Fine” y “When I Grow Up”, por lo que espacios para los clásicos hubo siempre, fueron los más estelares y reforzaron esa sensación de que están sonando increíble.

Garbage demostró vigencia total con lo mejor del “No Gods No Masters” (2021) y sus hits que pusieron a los 6.000 presentes a saltar en una cancha que se suscribió al plan del día, y Manson estaba tan agradecida por la buena recepción a su noche rockera que se dio todos los minutos posibles para agradecer ese descontrol y de paso reconocer al pueblo chileno por su espíritu de lucha y por “salir a las calles” justo antes de viajar a Concepción para presentarse en el REC.

Ad portas del lanzamiento de “Let All That We Imagine Be The Light”, su octava producción de larga duración, quedó claro que hay banda para rato. Aunque, por las dudas, la gran protagonista de la jornada le deseó una “buena vida” a los presentes en caso de que no haya una próxima vez… que sí que tiene que suceder.
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