Jonas Brothers en Chile: Un relato de amor desde la nobleza del corazón
Por Homero Ramírez | Miércoles 24 de abril 2024
Fotografías: @lukascruzat
GALERÍA FOTOGRÁFICA AQUÍ
El romanticismo de los JoBros se ha apoderado de Santiago, capital secuestrada durante una noche por el trío de New Jersey a toda cabalidad. El show, que ha durado poco menos de 150 minutos, sirvió para poner en la balanza una carrera de éxitos hasta entender que la vida avanza pero los clásicos se quedan. Como en el "we never left", pancarta que levantó al unísono el respetable: hay números que se eternizan allí dentro del corazón y no hay forma de extirparlos.
En una noche entrañable, la quinta de los Jonas Brothers en Chile y la primera tras once años de espera, solo el más fanático se quedó pidiendo alguna canción más pues el repaso de la discografía ha sido minucioso, detallista, dibujado para los más fieles. En el listado resaltó carácter y la entrega en busca de exprimir cada posibilidad sobre el escenario, que incluía una pasarela en la que desfiló la tríada y también una banda muy destacada, que se codea con el rock y el pop y por momentos ofrece una procesión a cuatro guitarras.
Joe, Nick y Kevin han enamorado una vez más a su audiencia andina. Los Jonas lograron que los suyos se fundieran en emotivos abrazos y que se entregasen amor, el sentimiento que tan despiertos creativamente los mantiene activos. La cancha saltó cuando la ocasión lo ameritaba, bailó las baladas tomando de la mano a su ser querido y contempló un espectáculo nostálgico que despeja dudas del impacto de la boyband en su desarrollo como personas.
¿Y qué duda cabe de la trascendencia jonática después de aquel martes de idilio, de sonrisa kilométrica y química ascendente? Ninguna. Desde los acordes de "Wings", la explosividad de "Celebrate!" y un salto temporal en "S.O.S." que quedó claro por dónde venía la mano. "Hold On", "When You Look Me in the Eyes" y "Year 3000" destacaron a la hora del disco homónimo, pero el peak del recuerdo tuvo lugar en "Gotta Find You", un pequeño snippet de "Introducing Me" y "Play My Music", originales de una obra que vio todo el Bicentenario de La Florida: Camp Rock.
"Lovebug" y "Burnin' Up" reflotaron el "A Little Bit Longer" así como "Fly With Me" el "Lines, Vines and Trying Times", y como de censuras no se vive Nick interpretó "Jealous" para dar pie a "Cake by the Ocean" con Joe derrochando estilo y focalizando cada una de las miradas en su persona. La voz de DNCE demostró texturas vocales que validan su inmensa calidad de interpretación y, una vez más, el crecimiento artístico de una de las razones primarias para seguir las aventuras de los Jonas veinte años después de su irrupción en la cultura pop.
Como "Happiness Begins" está tan bueno y superior desde la instrumentación, lo mejor ha quedado para el final. Y si amamos a la tríada per sé, también lo hicimos con la que comprendió a "I Believe", "Only Human" y "Sucker" de manera consecutiva antes de la despedida -al ritmo de "Leave Before You Love Me"-. A estas alturas ya no faltaba afecto por trasladar ni otro agradecimiento más que el que se regala como ofrenda a la vida por llegar al clímax del encanto merced a un relato de amor surgido desde la nobleza del corazón. De almas que se conectan y entrelazan. Sí: de los Jonas Brothers a un Chile que sabe de querer bien.
