Lollapalooza Chile 2024 - Day III: Un país profiesta
Por Agustina Salinero - Homero Ramírez | Lunes 18 de marzo 2024
Fotografías: @lukascruzat
Un En un domingo mágico, de los sonidos más diversos, Lollapalooza cerró su duodécima edición -la del 2024- entre momentos de baile y descontrol porque la semana no se acaba, y es de perogrullo, hasta que no le quedan más minutos. Hasta más allá de la medianoche se extendió el cierre perfecto del festival más grande de Chile en una jornada que arrancó y se cerró entre ritmos latinos y un reggaeton siempre infalible. Fue, sin espacio a duda, el día ideal para celebrar lo vivido en un fin de semana extended que será difícil de olvidar.
Los Mesoneros irrumpieron en el escenario con una calurosa bienvenida por parte de sus seguidores. A pesar de un breve retraso, la banda encabezada por el talentoso Luis Jiménez se presentó ante el público del Cenco Mall con una entrega total. Sorprendiendo a todos, incluyeron en su setlist su nuevo sencillo "Su Lado De La Cama", ofreciendo así la primera interpretación de este en el marco festivalero. Su fanaticada acompañó cada acorde con entusiasmo, coreando sus éxitos. Sin embargo, el tiempo se convirtió en un factor limitante, ya que el turno de Nicole en el escenario Banco de Chile se aproximaba, lo que obligó a los oriundos de Venezuela a concluir su presentación abruptamente para dar paso al siguiente acto.
La artista chilena, en un despliegue de alegría y entusiasmo, subió al escenario para deleitar a su fanaticada con una selección de éxitos atemporales y contemporáneos. Nicole, entregándose por completo, saludó y sonrió a cada uno de los presentes, quienes, entre cánticos y aplausos, la acompañaron en su travesía por el festival. Durante su actuación, el público tuvo el privilegio de disfrutar de emblemáticas canciones como "Hoy", "Dame Luz", "Sin Gamulán" y "Despiértame”. El vigor y la potencia de la música chilena quedaron en la cima, manifestando un espíritu de energía y empoderamiento que está liderando con fuerza en la escena musical contemporánea.
Al español SAIKO le hacía tanta ilusión el encuentro con sus fans chilenos que el suyo fue uno de los actos en los que el protagonista más recorrió la pasarela central para mantenerse cerca de todos los interesados que corrieron hasta el final del parque, al Perry’s Stage, para encantarse con una propuesta cargada de hits, desde “Polaris” que sobre todo en Europa marcó tendencia el 2023, hasta “Cosas que no te dije” o las plenamente reconocidas “Buenas”, con Quevedo, o “Café Malibú” y “Reina”, sus colaboraciones con Sech y Mora. La fanaticada acompañó en todo momento, perreó, convirtió el ambiente en uno de karaoke y si bien el joven de 21 años se apoyó en fuertes dosis de autotune, demostró por qué es una de las grandes promesas del urbano con un manejo escénico valorable.
Jere Klein es una máquina para crear éxitos. Siempre bien acompañado, el artista chileno se tomó con tranquilidad la responsabilidad de presentarse en uno de los stages principales, el Cenco Malls, y jugó a hacer lo de siempre: apostó por el buen humor, sonrió, disfrutó y terminó exhausto. Sonaron “Ram”, “Ese Corte”, “Muñeca” con Marcianeke, “Princesita De…”, “2 Hielos” -su featuring con King Savagge-, lo subió a la tarima a Lucky Brown y coronó con “Ando”, una producción que ha traspasado fronteras y que cuenta con un video que no tiene nada que envidiarle a los artistas de peso pesado. El Jere lleva el underground a la primera plana y lo hace moviendo las caderas de cada alma presente hasta con breakdancers dejando la vida en la pista. Porque la lógica aquí es pasarla bien, y qué mejor que con el reggaeton de casa.
A medida que la tarde avanzaba, los británicos de Jungle ofrecieron una fiesta inolvidable en Lollapalooza, fusionando música electrónica, R&B, soul y funk para crear una atmósfera de energía contagiosa. Con temas como "Heavy, California", "Back on 74" y "Casio" el público no pudo resistirse al irresistible ritmo, y en todas partes se podía ver a la gente bailando al compás de la música. Para elevar aún más la euforia de la multitud, la banda sorprendió al lanzar pelotas al más estilo playero durante su interpretación de "Coming Back", asegurando que todos, desde los más jóvenes hasta los más adultos, disfrutaran al máximo. Para cerrar con broche de oro este vibrante día domingo, ofrecieron clásicos como "Keep Moving" y "Busy Earnin'", dejando a la audiencia extasiada y con ganas de más. Sin duda, los Jungle demostraron una vez más cómo llevar una fiesta de principio a fin con maestría y estilo.
Con Nothing But Thieves se pudo pagar buena parte de la cuota rock dominical, porque el par de días anteriores habían primado los sonidos más pesados. Y aunque el cierre fue más relajado por la irrupción de las sentimentales “Amsterdam” y “Overcome”, a aquella altura de la tarde las cartas ya estaban sobre la mesa y desde el dúo dinámico “Welcome to the DCC” más “Is Everybody Going Crazy?” que la temperatura del show solo fue aumentando, con picos de salto, baile y canto en otras indispensables de su trayectoria como “Particles”, “Trip Switch” y “Tomorrow Is Closed”. Una decisión atrevida tomaron los que prefirieron el Alternative Stage en la media tarde, pero seguro que una de la que nunca se van a arrepentir. Los ingleses de Essex se entregaron por entero a Chile en su segunda visita, prometieron volver y recorrieron riffs más hard, otros un tanto funkies y una combinación de sonidos inexplorada por los más conservadores que se cierran en un estilo en particular.
Phoenix está pronto a cumplir 30 años de carrera y lo más fuerte de su indie rock con el sello de Versailles fue revisitado tras diez años de ausencia en el festival y siete en el país, puesto que la anterior visita databa del 2017, para el Primavera Fauna. La espera fue larga y vaya que valió la pena.
Si incluso aprovecharon el paso para presentarse en un sideshow, pero volviendo al domingo, en 55 minutos los franceses arrancaron fuerte con “Lisztomania”, “Entertainment” y “Lasso”, se lucieron con medleys mezclando “Too Young” con “Girlfriend”, “If I Ever Feel Better” más “Funky Sauqredance” y “Trying to Be Cool” junto a “Drakkar Noir” en interpretaciones con el sello de calidad que sabe alcanzar este fundamental colectivo, que de la seriedad en la ejecución pasó al espectáculo de Thomas Mars, que caminó hasta la mesa de sonido para luego encaramarse a la cancha y nadar hasta el escenario bebiendo y fumando lo que se le fue entregando, en una demostración que lo suyo es entregarse por completo a la experiencia y al afecto que cuando es mutuo sabe mejor.
Otro que no se aparecía desde hace un lustro era Sam Smith, estrella del pop que en esta etapa de su carrera se aleja bastante de lo que fue, pues su camino lo arrancó como un personaje que emocionaba desde la voz pero que mostraba un perfil más bien bajo, claro que con letras románticas que no te van a dejar indiferente. Luego de su despertar como ícono LGBT, el londinense ha sabido deslumbrar como showman, sumando a su equipo un cuerpo de baile, coristas que mejoran la experiencia, modificaciones sonoras a sus clásicos para oír algo distinto y sorprenderse a cada momento.
El prodigio británico entró con la fuerza que caracteriza a “Stay With Me”, “I’m Not the Only One” y “Like I Can” antes de repasar lo más moderno de su repertorio, y entre cambios de ropa icónicos (pasó de la camiseta de la Selección de Chile a un corsé para “Unholy”) y se fue ovacionado por completo. Su voz es especial, única y mundialmente alabada, pero el impacto que genera su presencia es difícil de igualar.
The Driver Era cerró con la guinda de la torta el escenario Alternative en la última noche, cautivando a una multitud de fanáticos adolescentes seleccionados con precisión. Los hermanos Ross y Rocky Lynch desataron una energía que era de esperar, con Ross destacando una vez más como el más carismático. Su desempeño fue impecable, disfrutando de cada momento como el centro de atención e incluso deleitando a la audiencia con movimientos de cintura que provocaron el delirio generalizado.
El repertorio incluyó éxitos como "Get Off My Phone", "Feel You Now" y "Take Me Away", anticipando el frenesí colectivo que estaba por venir. La locura se apoderó del público, con fanáticos entregados que no daban tregua, cantando, gritando y saltando sin descanso. Para culminar, la banda regaló interpretaciones de temas que dejaron una marca en cada uno de los presentes, como "Heart of Mine", "Preacher Man" y su clásico más emblemático, "A Kiss", asegurando así un cierre inolvidable para una noche llena de emociones.
SZA se mantuvo estoica sobre el escenario que le tocó cerrar -el de Cencosud- incluso por más minutos de los que tenía asignados. La multipremiada tiene Grammys a su haber, así como nominaciones a los Globos de Oro y los Oscar, y con su flow y una voz mágica -la mejor de todo el festival- enamoró a la explanada del Parque Cerrillos y los sumergió en un sueño difícil de despertar. Es que al frente estaba probablemente una de las artistas más capacitadas para cerrar los megafestivales a nivel mundial, con un set envidiable edificado por creaciones sensacionales como “Kill Bill”, “Love Galore” -junto a Travis Scott-, “All the Stars” -con Kendrick Lamar-, “Kiss Me More” -más Doja Cat-, “Shirt” o “Good Days”, a esta altura un himno sin igual.
La diosa del R&B alternativo deleitó con gotitas de soul, un espectáculo de baile, emotividad para regalar y ¡24 canciones! para demostrar cómo se hace un concierto, qué es lo que no puede faltar y qué se puede obviar. El punto negativo aquí fue el desconocimiento de miles para con el nombre más fuerte del último día, por lo que la cancha a ratos fue un pasadizo para moverse entre los servicios y las propuestas finales, y no faltaron los que no le dieron la chance y prefirieron cuidar energías en vez de ver uno de los mejores conciertos sucedidos en Santiago en mucho tiempo.
“Muchas gracias Chile, te amo por siempre” y el telón bajó para el último aplauso cerrado y la toma de las vías de acceso. SZA, que pidió que no se le hicieran ni fotos, renovó su compromiso con el corazón de sus fans chilenos, pero sobre todo encantó a tantos que no sabían ni pronunciar su seudónimo y que el lunes amanecieron con un playlist que lleva su firma.
Pero había más: Chencho Corleone demostró que se puede cerrar bien un día de Lolla sin ser un headliner, lo que no había sucedido el viernes ni el sábado. Con un arsenal de éxitos de Plan B, que sucedieron a sus singles como solista con los colaboradores del presente, el muy experimentado productor puertorriqueño la rompió con 25 años de carrera sintetizados en una hora de perreo hasta abajo y las últimas energías entregadas como ofrenda al dancefloor. ¿Hits? Para todos los gustos. “Es un secreto”, “¿Por qué te demoras?”, “Candy”, “Fanática Sensual”, “Una Locura”, “La Nena de Papá”, “More”. Tal y como un paseo a la disco porque, ahora sí que sí, el 12° Lolla Chile se acabó.
*Agustina Salinero escribió sobre Los Mesoneros, Nicole y Jungle. Homero Ramírez reseñó a SAIKO, Jere Klein, Nothing But Thieves, Jungle, Sam Smith, SZA y Chencho Corleone. Lukas Cruzat cubrió a The Driver Era.
