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Pedro Aznar: Vibrante noche musical en Santiago


Lacrimosa en Chile: Renacimiento y magia sobre el escenario

Por Matias Arteaga | Viernes 10 de noviembre 2023


Pedro Aznar, figura musical cuya presencia en nuestros oídos trasciende las eras, celebra casi cinco décadas de carrera, marcando un camino imborrable en diversos géneros y colaborando con destacados artistas alrededor del globo. Hace un año, el lanzamiento de su aclamado álbum "El mundo no se hizo en dos días" marcó el inicio de una serie de presentaciones que incluyeron tres inolvidables noches en el legendario Teatro Oriente de Providencia. Este preámbulo anticipado precedió a una gira de cinco fechas que abarcó el sur de Chile, generando una expectación ferviente entre los seguidores del artista argentino.


El telón se alzó a las 21:10, sumiendo al teatro en penumbras antes de que la electrónica de "El mundo no se hizo en dos días" iniciara la sinfonía de la noche. Pedro Aznar, con sus 64 años y una vitalidad que desafía el tiempo, emergió con un desplante escénico que fusionó elegancia y energía. La conexión con la audiencia fue inmediata; aunque sentados, los rostros radiaban alegría y emoción palpable.


Este recorrido musical, que se extendió durante casi dos horas, nos llevó por los pliegues de la extensa discografía de Aznar, marcando pinceladas de su evolución artística. Desde la visceralidad de "Panteras de polvo" hasta la melancolía de "Rencor", la cálida resonancia de "Chacarera de Los Gatos" y la emotiva reinterpretación de "Todo de mí" de John Legend. Cada canción, un capítulo en la epopeya sonora que es la carrera de Pedro Aznar.


Entre los momentos cumbre, la ejecución magistral de "Corpoland" destacó por la destreza técnica de Aznar, quien manipuló secuencias en vivo, creando una amalgama sonora que elevó la experiencia a nuevas alturas. Y así, el repertorio siguió su curso, abarcando la diversidad de géneros que han caracterizado la carrera del maestro: la céltica "Mientras", la reguetonera "No voy a cantarle a tu culo", la melódica "Un simple abrazo", y la íntima "Duermevela", tejieron una narrativa musical rica y polifacética.


El punto álgido llegó con "Diamante", una composición vibrante que resuena en el recuerdo del público. La banda, agradecida por la entrega de la audiencia, regresó para una tanda final que incluyó "Quebrado", "A primera vista", y la joya final, "A cada hombre, a cada mujer" de Serú Girán, un regalo perfecto para los fans más devotos.


La maestría de Aznar se vio complementada por un equipo de músicos entregados, quienes, con talento excepcional, convirtieron la noche en una sinfonía de celebración. El carismático Aznar, entre canciones, compartió poemas e historias, sumando una capa de intimidad al espectáculo.


A nivel técnico, el concierto fue un prodigio. El sonido, claro como un cristal, permitió a la audiencia apreciar cada matiz de los instrumentos, un logro crucial cuando se abarcan tantos géneros en un solo espectáculo. El juego de luces, aunque impecable, se vio opacado por visuales que, aunque funcionales, podrían haber explorado dimensiones más artísticas y complejas para estar a la altura del despliegue musical.


Pedro Aznar, con su arte atemporal, ha trascendido la noción de un simple concierto; lo suyo es una experiencia, una travesía a través de la música que va más allá del tiempo y las fronteras. Este concierto en Santiago de Chile no solo fue un testimonio de su genialidad continua, sino también un recordatorio de que la magia de Pedro Aznar está lejos de extinguirse, prometiendo que su legado musical seguirá deleitándonos en los años venideros.

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