Sam Garrett en Chile: Que reinen la paz y la plena consciencia
Por Homero Ramírez Leiva | Lunes 06 de mayo 2024
Fotografías cortesia de @lasfotosdemati / @parlantecl
En la intimidad absoluta del Club Chocolate se ha estrenado en Chile el británico Sam Garrett al frente de un conjunto de medio millar de fieles que decidieron sumergirse en una sensorial experiencia de carácter inédito. La invitación de Holístika y Wanderlust ha resonado con sentido desde el primer momento y sin duda que a la hora de los balances de la temporada el 5 de mayo quedará grabado entre los recuerdos más entrañables, esos que le hacen cosquillas al estómago meramente con el hecho de reaparecer.
Unas horas antes de pisar Santiago, el artista no quiso encasillarse en ningún estilo y en una entrevista con ALLACCESSCL detalló que "realmente no lo veo como reggae, o como esto o aquello, si no como solo música de mi corazón". Y sí. Desde el comienzo de un show a una guitarra y mucho sentimiento, los mantras no se hicieron esperar, tampoco la reflexión acerca de hacia dónde conviene guiar los pensamientos y mucho menos una mancomunión entre el protagonista y los asistentes que fue desde las gracias hasta mirarse a la cara y conocerse de memoria. "Tierra mi cuerpo, agua mi sangre, aire mi aliento y fuego mi espíritu" repetía el de Derbyshire en un español perfecto. Iba a insistir con llamar a los presentes "familia" durante las dos horas de presentación, y con demostrarse fiel a sus creencias que tampoco puede situar dentro de una religión.
Para Garrett las respuestas hay que buscarlas en uno mismo. Hay que hacer una introspección en busca de ellas. Agradecer a la vida por contar con días para salir a conocer de qué está hecho el mundo, ser un aporte, crecer junto con la experiencia y nutrirnos del presente para así saber ser mejores a pesar de lo que haya alrededor nuestro. Y pese a que menos es más, aquí es siempre con sentido. La filosofía oriental se hizo presente, se lo vio suelto y capaz de cantar en sánscrito en joyas como "Light Of Your Grace", que ofició de himno. Que Buda, los elementos básicos, la esencia misma del alma. Sam Garrett, en lógica folk y en el formato más acústico esperable, ha sembrado raíces lejos de casa y del establishment.
"Da gracias a la vida porque es sagrada, un regalo, una bendición. Y mi rezo es que cualquiera a quien te encuentres en tu camino podría inspirarse con la luz que ve en ti. Pero están obligados también a mirar dentro de sí para entender el amor, sabiduría, la paz, alegría y valentía que vive dentro de ellos. Solo hay una familia, una tribu, un amor y un corazón". Así fue su más elaborada idea antes de fundirse en otra dosis de agradecimiento y de corear el "everything is gonna be alright" en uno de sus pequeños arranques reggae de la velada. Es que él no busca imponer o promover estilos, reinados ni poderes... salvo, claro está, el de la paz y la consciencia.
