Tan Biónica en Chile: Todas las emociones juntas al mismo tiempo

Homero Ramírez | Domingo 16 de marzo de 2025
Fotografías: DG Medios y Andie Borie
Síguenos en todas nuestras redes sociales como @allaccesscl
Ver a Tan Biónica en vivo es una experiencia reservada para esos entendidos que sienten en sus vísceras una exposición total de los sentidos a las emociones más fuertes. Ante unos tres mil mega fanáticos, el cuarteto argentino ofreció su concierto más ambicioso en un Santiago de Chile que lo adora desde hace un par de décadas… y que se bancó una espera gigante.

Lamentablemente, el show en la arena del Parque O’Higgins fue la versión express de “La Última Noche Mágica Tour”, por lo que el segmento acústico no fue incluido y, por ende, tampoco un momento muy esperado de la gira como “La Ensalada”. Pero en ese sentido limitado, se asumió que había que vivir la experiencia al máximo, exprimir todo el jugo posible a un evento que los chilenos necesitaban desde 2015.
Una década no es en vano y para el piberío biónico la última fue todavía más tortuosa porque en el paso del tiempo no salió música nueva y el grupo estuvo mayormente separado. Pero como en la música existen secuencias cíclicas, un día Tan Biónica empezó a anunciar estadios y dos años después volvió a Chile en un formato íntimo para ofrecer un espectáculo que acarrea decenas de miles en Argentina, Paraguay, España y Uruguay y que ha mantenido en estado de éxtasis a cada presente. Porque a diferencia de esas noches masivas de la cartelera de conciertos, esta vez no había un alma poco entendida o fuera de contexto.

En “Loca”, Chano y Bambi arrancaron en el piano, a “Lunita de Tucumán” le cortaron una estrofa para que la audiencia coreara el estribillo en bis, “Pastillitas del olvido” la interpretó Bambi en el spotlight, al igual que Chano y su guitarra para “Claramente”, una pieza fundamental de sus primeros pasos como solista. Hubo momentos enriquecedores para el corazón de principio a fin, varios impuestos por un Chano poeta (y todavía más sensible de lo normal) que recita entre canciones y que cree en el amor por más que se termine, incluya tragedia o te marque de por vida.

“Obsesionario en La mayor” se revalidó como una indispensable de la noche por su capacidad de emocionar del primero al último con su lírica tan profunda que decide no esconder un sentir que se sintetiza en aquella frase que reza lo “caros” que son “los precios del amor”. Justo antes, sonó “Arruinarse” en otra de las visitas de Chano a lo más adelantado de la tarima, que era en punta para permitir una pasarela de todos los integrantes cuando ameritase. El líder decidió cantar casi todo allí, con el panorama claro de las plateas y la cancha de atrás en un gesto que terminó por acercar todavía más las posiciones entre dos entes asimétricos que se abrazan porque les parece correcto. Desde 2014 en el Nescafé de las Artes cuando se empezó a afianzar un vínculo que no se quiebra.

Hubo euforia también porque el set alcanzó a hervir y armar una pista de baile, saltos y desenfreno en las movidas “Tus horas mágicas”, “Música”, “Ciudad mágica” y “La melodía de Dios”. En un recital bien Chanocéntrico, Bambi cantó “Pastillitas”, Seby hizo par de solos y lo ovacionaron cuando tocó adelante de la pasarela y Diega no falló en los versos de la segunda parte de “Arruinarse”. El rock fue eléctrico, el pop rockero y la electrónica popera. Y siempre primó el respeto entre fans que se fueron de karaoke al Movistar. Y bueno, a sentir nostalgia, amor, melancolía, pena, ilusión (cuando prometieron volver para su cuarto show), desamor, alegría, empatía: todas las emociones juntas al mismo tiempo.