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The Drums en Chile: Un viaje entre la euforia y la nostalgia


The Drums en Chile: Un viaje entre la euforia y la nostalgia

Por Matías Arteaga | Lunes 9 de septiembre 2024

Fotografías: Aarón Castro



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Formada en 2008 en Nueva York, The Drums ha logrado consolidarse como una de las bandas indie más influyentes de la última década. Con su característico sonido surf-pop melancólico, liderado por el carismático Jonathan Pierce, la banda ha lanzado álbumes aclamados como “The Drums” (2010), “Portamento” (2011) y “Encyclopedia” (2014), ganando seguidores por todo el mundo. En Chile, The Drums ha forjado una conexión especial con su público, lo que explica su regreso por séptima vez al país. La cita esta vez fue en el Teatro Coliseo, un recinto que, una vez más, fue testigo del fervor de los fanáticos que agotaron las entradas para vivir otra noche inolvidable pero esta vez para disfrutar de su nuevo álbum “Jonny”.


The Drums en Chile: Un viaje entre la euforia y la nostalgia

A las 21 horas, las luces se apagan sin previo aviso ni introducciones grandilocuentes. En la penumbra, suben al escenario Oscar Henfrey (batería), Frank Corr (guitarra), Johnny Aries (guitarra y bajo) y el esperado Jonathan Pierce, quien desata una ola de gritos entre el público. Sin pausa, la banda inicia el show con “What You Were”, desatando una euforia inmediata que marca el tono de la noche. Un setlist veloz y contundente de 18 canciones nos esperaba, y uno a uno los temas clásicos fueron cayendo: “Heart Basel”, “Best Friend”, “Days” y “Book of Revelation” mantuvieron la energía en su punto máximo desde el principio.


The Drums en Chile: Un viaje entre la euforia y la nostalgia

Desde los primeros acordes, el sonido impecable y la entrega total de la banda fueron evidentes. Jonathan Pierce, con su inconfundible estilo y presencia escénica, se movía de un lado a otro, coqueteando con el público mientras este coreaba y bailaba sin cesar. Las breves pero afectuosas palabras del vocalista -“Muchas gracias”, “Gracias por traernos de vuelta”, “Esto es maravilloso”-.


La seguidilla de temas como “Book of Stories”, “In the Cold”, “If He Likes It Let Him Do It”, “I Need a Doctor” y “Let 's Go Surfing” no dio tregua. Cada canción era recibida con vítores al instante en que los primeros acordes resonaban en el teatro, haciendo imposible elegir un momento destacado en este segmento, ya que todas fueron ovacionadas de principio a fin. Tras diez canciones, la banda dejó el escenario, pero el público, hambriento de más, no tardó en pedir un encore con entusiasmo.


The Drums en Chile: Un viaje entre la euforia y la nostalgia

No pasó mucho tiempo antes de que los músicos regresaran, ansiosos por seguir disfrutando junto a sus fanáticos. El encore comenzó con el mayor éxito de la banda, “Money”, y el Teatro Coliseo estalló en una ovación imparable, mientras todos se unían en un canto colectivo, dejando claro que este era uno de los momentos cumbre de la noche.


El carisma de Jonathan brilló tanto como su chaqueta dorada, manteniendo a todos cautivados. El bis continuó con otras siete canciones, incluyendo “You’re the One That Makes Me Happy”, “How It Ended*, “Better”, “Harms” y “Little Johnny”, acompañadas de un juego de luces espectacular que convirtió el teatro en una discoteca vibrante, donde la música y la estética se fusionaron en una experiencia única.


The Drums en Chile: Un viaje entre la euforia y la nostalgia

El cierre definitivo de la noche vino de la mano de “I Don’t Know How to Love” y “I Want It All”, sellando un show impecable que dejó a todos con ganas de más. En apenas una hora y veinte minutos, The Drums logró volar las cabezas del público, y la esperanza de que este no sea su último paso por Chile quedó flotando en el aire, mientras los músicos se retiraron a los camarines bajo una lluvia de aplausos.


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